Lo del Partido Popular en el caso Morgade es de las peores explicaciones que uno recuerde. O dicho de otro modo, de los mejores ejemplos de que a veces es mejor estarse callado que salir con estas.
No se que ha ocurrido realmente en Morgade, esa localidad no lejos de Xinzo de Limia de camino a Vilar de Barrio, pero el PP no niega que su candidato a seguir presidiendo la Deputación, con sus 70 años a cuestas y décadas en el cargo, se fue al Audi, del que no sabemos si era el suyo o era el de la institución provincial, y sacó del maletero un fajo de billetes que, uno a uno, puso a disposición del paisano que había osado dudar de su palabra. ¡Ahí van 3.000 euros, para que te empapes!... Y xa está, feito..., como le gusta, o le gustaba, decir a Baltar.
Cuando el BNG ha denunciado el calentón de Baltar, el PP de Ourense ha salido a la palestra para poner unos cuantos calificativos al BNG, y para explicar, que no negar, que lo ocurrido ocurriera.
Pero no ha ocurrido así, sino que “resultou ser o pagamento dunha débeda particular dentro da esfera privada”.
Eso dice el Partido Popular de Ourense.

Previsiblemente muy pronto (me apostaría hasta lo que no tengo que no a pasará de este miércoles), buscará Baltar Pumar a los medios de comunicación para explicarles mejor lo que “resultou ser o pagamento dunha débeda particular dentro da esfera privada” en un lugar nada privado y de forma que no pareciera ser, precisamente, una “débeda privada”.
En estas, Baltar Pumar no tendrá ningún reparo en reconocer que lo hecho no ha sido lo correcto, y que él mismo ha dado pie a que se interpretara como lo que no ha sido, insistirá.
No tendrá reparo en pedir perdón como animal mucho más torpe que el hombre que es Baltar, muy por encima de tropezar dos y las veces que haga falta en la misma piedra, y, dicho esto y asumida la culpa, nada más que hablar, arrepentimiento porque es necesario, y aquí no ha pasado nada y Baltar é así.

Previsiblemente se dará este escenario porque tiene que darse. Porque lo que Baltar deshace sólo Baltar lo puede componer. Desde luego su hijo y el partido sólo pueden empeorarlo, como ha ocurrido.
Su hijo y el partido deberán asumir que mientras José Luis Baltar siga en el Partido Popular una cosa es el partido y otra José Luis Baltar. Como siempre fue. Y que Dios puede consumar el matrimonio, pero lo que Baltar Pumar desune en Ourense jamás podrá casarlo el Partido Popular.
Cuando Baltar era presidente del PP el partido no tenía este problema, pero ahora que el presidente es Manuel Baltar se ve que el hijo se resiste a asumir que las torpezas del padre son de tal calibre que si alguien puede componerlas es quien las hizo, solamente él. No es un día de lluvia es un diluvio, luego es preciso que intervenga el que creó la lluvia o sea, dios, el dios Baltar.
Más de uno llegará por esta vía a la conclusión de que puede ser una forma de hacerse notar para luego seguir siendo imprescindible. Creado el mal es precisa la cura.
Podría ser. Con Baltar, el genuino, cualquier cosa.